Ahora, ¿cuál debe ser la base de una sana autoestima?. La base de una sana autoestima es nuestro potencial, lo que podemos llegar a dar, lo que podemos llegar a ser, una expresión de amor-energía- sabiduría infinita. La autoestima no debe provenir de lo que somos actualmente, no, debemos ser bien despiadados con nosotros mismos cuando observamos nuestra conducta y nuestras acciones. Eso nos lleva a ser honestos y responsables con nosotros mismos. Y aparece una hermosa cualidad: la humildad. Sabemos que tenemos para dar todo el potencial de amor-energía-sabiduría pero reconocemos, aún nos falta mucho camino, somos sinceros y humildes. Entonces se da lo que puede parecer una paradoja: uno tiene autoestima, y es a su vez, humilde.
Porque puede aparecer también en el escenario de la autoestima la mentira. Yo quiero verme como si ya tuviera desarrollado todo mi potencial, y no quiero ni verme, ni que me vean en los aspectos que demuestran que todavía soy un primitivo ser egoísta. Es también una situación desgraciada, porque la persona al mentirse y querer verse con una imagen perfecta en el presente, no hace nada para cambiar o mejorar o desbloquear el camino de la expresión de su ser auténtico. Hay un personaje que ocupó el papel del actor.
En las relaciones humanas, ayuda mucho ver a los demás en su potencial, principalmente a los niños, verlos en todo su potencial, eso les robustece la autoestima.
Y a las demás personas les resulta reconfortante también cuando las ven en todo su potencial, en vez de en todos sus defectos.
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