martes, 1 de noviembre de 2011

LA INDEPENDENCIA DE NUESTRO BIENESTAR


   El sentimiento de independencia y de  libertad, creo que es un anhelo básico del ser humano, de lo más puro y noble. De todos modos, en nuestra vida cotidiana, nuestro bienestar se mantiene bastante esclavo, no sólo de nuestro trabajo y nuestras obligaciones y responsabilidades, sino de las situaciones y de los demás. Y sobre estos dos casos es que trata este ensayo.

   Como siempre, conocer los principios es lo más importante y sobre eso se puede edificar mucho. Aquí el principio es el siguiente: “ Si de nosotros está saliendo lo mejor, si estamos expresando nuestra naturaleza plena de sabiduría, amor y energía, ya es suficiente para sentirnos en paz y felices “. Y debería estar en un plano bastante secundario lo que hacen los demás y las distintas situaciones en las que podemos estar.

…Por ejemplo en nuestra relación con las demás personas, si nosotros estamos seguros de estar actuando bien, con nuestra plena sabiduría, amor y energía, y no me refiero solo a ser justos y eficientes, sino también  en cuidar al corazón de las demás personas, si nosotros estamos seguros de esto, es suficiente para que nos mantengamos en nuestra paz interior, independientemente de cómo actúe la otra persona. Y cuanto peor actúa la otra persona, más todavía nos mantenemos en nuestra postura de observamos a nosotros mismos en todo momento viendo si de nosotros sale siempre lo mejor. Es la doble observación que hacemos: qué pasa en nuestro interior y qué pasa en el interior de la otra persona. Así observemos que la otra persona sólo está manifestando egoísmo o cosas primitivas, por eso no vamos a perder nuestra paz interior. Y esto no significa que la otra persona se va a aprovechar de nuestro amor infinito, porque nosotros también podemos poner límites o posponer la discusión para otro momento en que la otra persona está más tranquila, si la situación lo requiere. Todo esto no es fácil de aclarar bien. Les cuento una anécdota referida a una vez que me asaltaron a mano armada. De noche salía de mi oficina y se me aparece un joven de no más de 17 años con un revolver pidiéndome el dinero. Yo ya tenía muy en claro de que si alguna vez me asaltaban jamás arriesgaría mi vida por dinero. Yo me observaba a mi mismo y vigilaba que de mi no saliera nada malo, ni odio, ni violencia. Y si me mataba, no iba a ser porque yo hubiera actuado mal. Bueno, le dí el dinero que tenía, el celular y las zapatillas, y se fue. No me importa tanto lo que él hizo de malo, sino lo que yo hice, no me hubiera perdonado morir o matar por defender el dinero.

   Y la independencia respecto a las situaciones, pueden ser más o menos cómodas o incómodas, fáciles o difíciles, en lugares hermosos o feos, etc.. Basándonos en el principio que vimos, “lo importante es lo que sale de nosotros “, podemos intuir que la situación exterior no es nunca lo importante. Respecto al lugar en que estamos, podemos estar el un barrio residencial o en una villa, en el caribe o en el polo, en este planeta o en la otra punta de la galaxia, y el lugar sólo es el marco del cuadro, y el cuadro, lo importante, será siempre nuestra manera de actuar. Y puede ser una situación conflictiva, un problema difícil de resolver, o una situación agradable en lla que la vida nos invita a disfrutar de la belleza del mar al atardecer. De igual manera, lo que nos debe importar de sobremanera es lo que ponemos nosotros. Si estamos desarrollando la expresión de lo que somos en lo profundo. Amor, energía y sabiduría infinita.

Daniel Ilari - 2010

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