sábado, 12 de noviembre de 2011

EL AMOR DE PAREJA

Vamos a hablar de un tema muy complejo, mucho más de lo que se supone, y por eso hay un 90% de las parejas que no duran juntos ni siquiera 9 meses.
Veremos 5 cuestiones a tener en cuenta en este sistema del amor de pareja.
Antes de nada, seria importante tener en claro “¿ por qué queremos formar una pareja con tal persona?”. Porque este aspecto generalmente, se lo pasa a la ligera, y se sobreentiende que es porque nos gusta o nos atrae. Pero, tal vez, los objetivos de relacionarse sean muy distintos, uno puede buscar sólo una relación ocasional y el otro pensar en formar una familia. Desde el comienzo puede aparecer la mentira, el engaño, el ocultar la verdad. Gente que engaña y se engaña a sí misma diciendo “ lo que deseo es tener una pareja estable”, y no es precisamente lo que desean.
Volviendo al tema de la causa por la que queremos tener pareja, pueden existir varias: nos gusta, estamos enamorados, es buena compañera, me atrae, no quiero estar sólo, quiero alguien que me atienda, etc.etc..    Pocas veces se ve a la pareja, como lo que vamos a comentar en el primer punto.

1) La pareja es un medio para conocernos mejor

Una vez leí en un libro de  Antonio Blay, que la mayoría de las parejas no se daban cuenta de que la relación íntima con otra persona  es un medio eficaz para conocernos mejor. La otra persona es un cristal y un espejo, en el que uno va  aprendiendo a conocer al otro y a uno mismo. Cuando alguien dice o hace cosas que nos duele o nos molesta, podemos echarle la culpa de lo que nos pasa, o podemos ver de dónde nos viene esa reacción nuestra, podemos descubrirnos cada vez más. Las reacciones, que son tan conflictivas, nos muestran mucho del subconsciente, de cómo está trabajando nuestra mente, sobre qué programas. Por ejemplo, si un integrante de la pareja se olvida de un aniversario, y eso desencadena en el otro un estado de angustia y dolor exagerado, puede estar mostrando que tiene un programa inconsciente, del tipo creencia: “los demás no me quieren...”. O alguien que reacciona de mala manera, puede estar mostrando modelos que, posiblemente, le vengan de sus padres o educadores.
Ahora, en un intermedio, les voy a contar un cuento del folklore sueco: una princesa que se tiene que casar obligada con un dragón. A pesar de que el dragón la ama, ella se desespera porque deseaba casarse con un príncipe. Consulta con una vieja sabia que le dice que el dragón es un príncipe recubierto de capas de escamas. Y le enseña la táctica que debe seguir. La  noche de bodas la princesa le pide al dragón que, cada uno,  se saque una prenda por vez, y que luego, sin prendas, ella se uniría a él. La princesa, por indicación de la vieja sabia, se había puesto 10 vestidos, uno sobre otro. El dragón se saca entonces la primer capa de escamas. Luego, cada capa de escamas era más difícil, y el dragón empezaba a sangrar y le dolía mucho. La princesa lo alentaba con su amor, y era un riesgo que el dragón no soportara el dolor y calcinara a la princesa con una llamarada de fuego. Pero el dragón también la amaba, y así fue sacando cada capa, hasta que al final surgió el príncipe, y se unió a la princesa. Este cuento, simboliza a nuestro espíritu ( princesa ) que tiene que unirse con la parte inconsciente ( príncipe dentro del dragón ), y cada capa de escamas son capas de dolor, de angustia  y temores que tenemos, y que nos duelen cuando las removemos, y que hay que tratar con mucho amor al  inconsciente, a nuestra mente, porque está trabajando con nuestras heridas, está sangrando.
La relación es algo que nos lleva a conocernos mejor,  y al llegar a esas capas de dolor que tenemos cubiertas, necesitaremos mucha sabiduría y amor, para tolerar lo que el espejo nos hace ver. Y también mucha comprensión cuando es el otro, el que está removiendo sus capas de sufrimiento acumuladas. Porque la reacción habitual va a ser enojarse con el otro cuando nos remueve alguna herida, en vez de tomarnos el trabajo de ver si, realmente, tuvo una mala intención con lo que hizo o dijo, o es una herida nuestra la que agrava la situación.
Es muy importante para la estabilidad de la pareja, saber actuar y comportarse estando herido, sin querer calcinar al otro, como en el cuento del dragón. Estando heridos, hay que sacar lo mejor de nosotros, no lo peor.

2) Nuestra pareja será la persona en quién más podemos confiar

   La confianza es la base del amor. Nuestra pareja deberá ser una persona en quién confiemos plenamente, a quién le podamos abrir nuestro corazón. La sinceridad, la honestidad, la verdad, deberían ser las premisas para conservar la confianza que nos tienen. Nuestra pareja tiene que ser nuestra compañera.
Y la confianza también dependerá de la  manera de tratarse, emocional y afectivamente. Considerando que ambos están con el corazón abierto, no hay dudas de que debe ser un trato con el máximo de consideración y cariño. No entiendo cómo hay parejas que se insultan o se agreden, no es una pareja que se ama.
Ahora, para que vean lo delicado y complicado que es todo este sistema de la pareja, si combinamos el primer punto con este, vemos, por ejemplo, que una persona puede decir o hacer algo sin querer, y remover una herida de la otra persona, o un aspecto inconsciente que le duele, y entonces, ésta puede reaccionar tratando de herir o de molestar a la otra persona, porque nuestra reacción primitiva, es defendernos cuando nos sentimos heridos ( por eso no se puede tocar a un perro herido, seguro que muerde ). En esta reacción de querer herir porque nos sentimos heridos, podemos transgredir una cuestión muy importante que es “la intención siempre debe ser buena, y más aún entre personas que se aman”. Si se percibe una mala intención en lo que dice el otro, se puede perder la confianza, y el amor quedarse sin base.

3) La pareja debería amarse
Esto implica: nuestro anhelo de que el otro esté bien, esté creciendo, por sobre nuestros intereses egoístas. Amar es pensar en el bien del otro sin tantas exigencias nuestras, que suelen ser la expresión más cabal del egoísmo, el forzar al otro a que sea como nosotros queremos. Y unido a esto, el no pretender que la otra persona tenga la obligación hacernos feliz o llenar nuestro tiempo, que son responsabilidades de cada uno consigo mismo. En la pareja como debería ser, al estar el amor,  no hay lugar al sufrimiento debido al deseo. Porque se ama mucho más de lo que se desea. Si amamos a la otra persona, aunque parezca paradójico, podemos desligarnos de la idea de que es de nuestra propiedad.  Si confiamos en la otra persona, nunca tendrán lugar los celos. En la pareja, juega el delicado equilibro entre “querer” y “amar”. Siempre debe ser mayor el amar que el querer, siempre debe desearse más el bien de la otra persona, que el deseo egoísta de poseerla.

4) La pareja no debería implicar una pérdida de la libertad.
Con esto quiero significar que aunque uno esté en pareja, uno siempre es el dueño de la propia vida. Es importante aclarar que en la pareja que “son dueños de su propia vida”, está ocurriendo entre 2 personas que se aman y que no se engañan, cuando hay total sinceridad. Pero uno tiene que respetar el derecho de la pareja de ser dueña de su vida, de decidir lo que quiere, lo que es bueno para ella, lo que desea hacer, o aprender, lo que sea. Uno siempre puede expresar cosas que lo incomodan del otro, pero no tiene sentido “prohibir” nada. La otra persona es lo que es y uno puede decir estar con esa persona o no estar más, puede sugerir algo, pero obligar a cambiar en algo, es bien difícil que de buenos resultados.

5) La pareja debería funcionar económicamente
   Esto se refiere no sólo al tema de que el ingreso económico de la familia debe ser mayor al gasto, sino al equilibrio entre lo que cada uno da y recibe. Es posible hacer una lista de las cosas que cada uno da y que cada uno recibe, y ver si hay un equilibrio, si es coherente. No hay que pensar de manera tan infantil suponiendo que existe la pareja sin cosas que no nos guste. Uno hace una lista de las cosas positivas que tiene, y una lista de las cosas negativas, y si el balance da positivo, es suficiente. Uno puede poner en lo negativo, cuatro puntos que nos incomodan, pero si vemos que en los positivos hay 10 puntos, la cosa va bien, caso contrario, es un equilibrio precario, a la larga difícil  que funcione bien.
Cada uno de puntos que hemos visto también pueden sumar, desde el trato que nos brindamos hasta la confianza que nos tenemos, desde la atracción física hasta la afinidad en la manera de pensar.  
Uno también debe estar consciente de tener suficientes puntos positivos en la lista del otro, si quiere conservar su pareja.

Daniel Ilari - 2002

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