miércoles, 16 de noviembre de 2011

LA FELICIDAD DE NUESTROS HIJOS


Aquí van algunos humildes consejos, que ustedes podrán perfeccionar y ampliar seguramente, consejos que se basan en lo que fui aprendiendo al criar a mis hijos y de lo que fui leyendo y aplicando.

Primero: Los primeros 4 años son fundamentales porque se sabe que en ese período se sientan las bases de la personalidad, se programa el cerebro y eso lo llevará toda la vida.
Hay que ver al hijo como alguien que tiene todo el potencial de amor, de energía y de sabiduría. Verlo y sentirlo, porque es la verdad, él está queriendo expresar todo eso que lleva dentro. Si  el chico derrama agua para servirse en el vaso, no es necesario reprenderlo por eso, porque su intención es aprender, está practicando hacer las cosas. Sería bueno que lo siga intentando hasta que le salga bien. Si vamos a tener un hijo, tenemos que pensar que va a romper y estropear y perder unas cuantas cosas. Ya tenerlo en cuenta al momento de concebirlo.  Mi hijo varón mayor, siempre tuvo  las herramientas a su disposición, es bien hábil reparando cosas y curioseando y aprendiendo por sus propios medios. Me perdió y arruinó algunas, pero no importa, valió la pena.

Segundo: amarlo y demostrarlo. Amar en el sentido de ver las cosas también desde su punto de vista, pensando en el bien de él, en lo que quiere y lo que necesita, y no siempre ver las cosas desde nuestro punto de vista, en lo que nos molesta o lo que nos incomoda o el tiempo que nos lleva explicarle todo. Y demostrarle el amor, brindandole mucho afecto, abrazándolo, acariciándolo, diciéndole que uno lo quiere mucho. Y actuar en consecuencia con lo anterior.

Tercero:  alabarlo y decir cuando hace bien una cosa, y no prestarle demasiada atención cuando hace una mala. Esto es lo contrario a lo que habitualmente se hace. El chico siempre prioriza el llamar la atención, entonces, si hablamos siempre de lo mal que se comporta el hermanito, y de él no decimos nada, empezará a comportarse mal, para que le presten atención. O si hace una cosa mala, no darle mayor importancia, siempre reforzar cuando hace cosas buenas. Y usar un lenguaje positivo, sin emplear tanto la palabra NO. Por ejemplo si el niño se hace pis en cama, lo que es un problema fisiológico, no es que lo haga a propósito, pero bueno, referido a la manera de decirle las cosas, hay que decirle: “vamos a ver si mañana te despiertas sequito”, en cambio de: “no te hagas pichín en la cama”. La mente no entiende el NO. Si no me creen, prueben lo siguiente: “no piensen en un elefante alado”. ¿ Y qué han hecho?,  pensar en un elefante alado

Cuarto: dejarle tomar decisiones simples: qué cosas le gusta, qué comida prefiere, qué ropa se quiere poner. Así sabrá tomar decisiones en su vida. Les comento que yo he llegado a preparar 3 comidas distintas para mis hijos, porque uno prefería ñoquis y el otro milanesa y el otro puchero. Total, una vez que uno está en la cocina, lleva el mismo tiempo cocinar  3 cosas o una. Además el chico sabe lo que necesita comer, si quiere chocolate en vez de sopa, es que su cuerpo necesita chocolate y no sopa. Aquí en mi ciudad, tenemos problemas de arsénico en el agua, que se sabe ahora, pero cuando yo era chico, no se sabía. Una sopa hecha con esa agua era un veneno, y el chocolate es un antídoto del arsénico. Así que hubiera sido lógico que un chico que tomaba esa sopa deseara chocolate.
Los  puntos anteriores sentarán las bases de su autoestima, de su capacidad de
amar, de muchas cosas buenas.

¿ Cómo tratar con estos niños ?: Muchos pensarán: “ si se siguen los puntos anteriores va a salir un caprichoso tremendo, o dónde le ponemos límites “. Aunque, posiblemente, va a resultar más difícil de manejar a un chico que siente que es un dechado de amor, energía y sabiduría que a uno que se cree que es un inútil, y deberemos dedicarle tiempo para explicarle las cosas, en general, siempre entienden bien las razones, y se acostumbraban a usar la mente lógica y a pensar Decirle: “mira, si haces esto, te puede pasar tal cosa”. Y dejarlo luego, que se equivoque las veces que sea, así aprenderá, el que más se equivoca es el que más aprende. Ahora, en las pocas situaciones que no entendían razones, yo negociaba. Nunca el pegar, hay padres que se piensan que a veces, es bueno pegar, están locos. Destrozan todo lo bueno que podían haber desarrollado respecto a los primeros puntos que vimos. O gritar, que es otra forma primitiva de agresión, de demostrar que no tenemos ninguna autoridad, ni dominio de las situaciones. Jamás gritar o decir las cosas de mala manera.
¿ Y cómo negociar ? Bien, el padre, siempre tiene más poder de negociación que el chico, o sea que no es tan difícil. Hablemos que uno está bien seguro que tiene razón, porque es bueno también hacerle entender al niño, que uno no tiene la autoridad, que la autoridad la tiene quién tiene la razón. No querer mostrarse cómo “el perfecto” y tratar al niño como “el estúpido”, aquí la razón la puede tener cualquiera. Ojito que los chicos de esa edad son bien perceptivos, y muchas veces tienen razón ellos. Pero bueno, supongamos que estamos bien seguros de que tenemos nosotros razón y el chico no quiere colaborar, supongamos que afuera está haciendo 5 grados bajo cero y el chico no quiere ponerse la campera. Entonces negociamos, le decimos: “si no te pones la campera, no te llevo a jugar a la casa del amiguito, porque tienes que cuidar tu salud y yo quiero que siempre estés sanito”. 
Es bueno acostumbrarlo a colaborar, a hacer sus cosas, alabarlo porque aprendió a ponerse los zapatillas solo.

  Bueno, habrán visto que no es nada fácil criar a un niño como corresponde. Si están abiertos a la maravilla que es un niño, ellos les enseñarán tantas cosas como ustedes a ellos. Los niños son espontáneos, saben lo que quieren, saben ser felices.
   Si conseguimos no entorpecer esa cuestión, si conseguimos que nuestro hijo se acostumbre a ser feliz, habremos logrado lo más importante. 

Daniel Ilari -  2001

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