Cuando mi hija Melisa era chiquita, solíamos hablar de la siguiente manera:
YO: Hace mucho frío afuera, te tenés que poner un abrigo para salir, así es la historia.
ELLA: No quiero ponerme nada, asi es la historia.
YO: Si no te ponés algo de abrigo, no vamos a salir afuera, y no te voy poder llevar de tu amiguita, así es la historia.
La cuestión es que, siempre que hablábamos de esa manera, Melisa salía perdiendo. Entonces, un buen día, Melisa me dijo: “la historia se murió, no existe más la historia”. Y nunca volvimos a usar esa frase.
Así es la historia.
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