El Ser natural de nosotros es el
Amor. En el Amor, hay Inteligencia y Bondad.
Nacemos siendo el Amor. Luego
vienen condicionamientos, ocasionados, principalmente, por errores ancestrales
en la crianza y en la llamada “educación”, que nos hacen ver incompletos, que
nos hacen pensar que tenemos que “ llegar a ser “. La falta de conocimientos o
habilidades de los niños nos implica que les falta Amor, Inteligencia o Bondad.
Luego aparece el “yo”, con sus
interminables deseos. Deseamos lo que nos produce placer y queremos escapar de
lo que nos produce dolor. Los deseos inagotables terminan siendo una fuente de
angustia.
De nuestro estado natural de Ser,
pasamos a la condición de “llegar a ser”, que es una condición de esfuerzo, de
dolor y de infelicidad.
Esta condición nos atrapa en un
círculo vicioso, ya que es imposible escapar de la condición del esfuerzo
esforzándonos, es imposible escapar de la condición de “llegar a ser” tratando
de llegar a ser algo.
En la meditación nos enfrentamos
con esos estados y esas trampas, cara a cara.
Es difícil definir qué se hace
cuando se medita. Tan sólo dejamos que se manifieste nuestro estado natural de
Ser, sin esfuerzos. En la meditación no tratamos de lograr nada, si fuera así
estaríamos en un estado de esfuerzo y de llegar a ser.
Daniel Ilari - 1994
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