domingo, 6 de noviembre de 2011

EL AMOR DE PAREJA 2


   Muchas veces, tener pareja no significa una situación cómoda. Si lo que uno quiere es estar tranquilo y libre de preocupaciones, no es la decisión más acertada tener pareja o tener un hijo.

   Así también como el hijo, la pareja nos permite trascendernos, salir un poco del egoísmo “yo”, “yo”, “yo”. Por ejemplo cuando la otra persona actúa mal, si nosotros pensamos: “listo, se terminó, lo que hizo me molesta, es injusto, etc.  ”, la pareja va a durar poco, y además no cumplirá con el objetivo de una pareja, conocer mejor al otro y a nosotros mismos. Ahora, si nosotros pensamos: “actúa mal,  ¿qué le pasa ?, ¿por qué lo hizo ?, ¿ de dónde le viene ? “. Y si tenemos la paciencia suficiente para contener a la otra persona en sus momentos de locura, y podemos profundizar en las causas de las cosas, seremos una buena pareja.

   La pareja funcionará más o menos bien según los centrados que estén cada uno de los integrantes. Centrado significa no estar apoyado en el otro  reclamándole todo, sino que cada uno tiene su propio centro en el que se apoya para su propio bienestar (ver el ensayo: “La persona centrada ” ). Una persona centrada es una persona libre psicológicamente, no una de esas personas que dicen “me siento mal por culpa tuya “. Uno está bien porque está dando lo mejor de sí, cualquiera sea la situación, sin importar tanto si el otro “ me hace feliz o no “, eso es responsabilidad de cada uno- Yo actúo bien, por lo tanto estoy bien, el otro actúa mal, no tiene por qué afectar mi centro de bienestar- El otro actúa mal, ¿ qué le pasa ?. Y mientras indago, mientras intuyo, qué le pasa, me siento bien, porque estoy poniendo mi amor, mi sabiduría en juego. Esto que hace la otra persona me incomoda, me hiere en lo más íntimo, ¿ por qué me hiere lo que dice o hace otro ?, ¿ de dónde me viene ?. Aquí podemos ver cómo también profundizamos en nosotros y en nuestra propia mente.

    Todo ese juego de saber manejar esas situaciones emocionales, conflictivas, injustas, desproporcionadas, más hormonales que lógicas, es mucha de la capacidad que debe ir adquiriendo uno si quiere funcionar bien en pareja.

   Finalmente, la pareja nos obliga a estar concientes, no solo de lo que nos pasa, sino también de lo que le pasa al otro. Y esta exigencia en conciencia, es siempre una gran oportunidad que nos hace crecer como personas. Y en la medida que consigamos olvidarnos de nuestros intereses egoístas y nos concentremos en el alma de nuestra/o  compañera/o, en cuidar su corazón, en esa misma medida la estaremos amando. Y no hay dudas de que cuánto más se amen, mejor funcionará la pareja.

Daniel Ilari - 2009

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