Este año viajé a Barcelona.
Había algunas paredes pintadas, estimo que por algún grupo extremista, cuyo
lema era: “ OCUPA Y RESISTE ”. Aquí va para ellos, les doy un lema más armonioso,
más espiritual, con el que van a obtener mejores resultados y sin necesidad de
ninguna violencia, : “ CEDE E INTEGRA ”.
Así como el agua, al caer la piedra en ella, cede y le da lugar, y sin embargo,
luego, la cubre.
La idea de ceder y no chocar, tiene
correspondencia con artes marciales, como el judo o el tai chi. Parecería que
ceden ante el movimiento violento del otro, y luego usan esa misma energía para
imprimirle otra dirección.
Tenemos que tener en claro, primero, que
todos somos del mismo equipo, no hay otro equipo, somos parte de la misma
humanidad, de los mismos seres vivientes, de la misma creación. Muchas veces,
no se trata de imponer las ideas, sino de mostrar y de demostrar, lo bueno que
tienen, ponerlas a prueba, sin necesidad de ir con un palo en la mano para
agredir a nadie. También es bueno que vayamos sin creernos dueños de las ideas,
pensando que es “nuestra idea “, las ideas flotan en el éter y uno,
solamente, las pesca. Y no deberíamos
identificarnos con ellas, o pensar que “nuestra idea“ es la mejor, que es la
única posible y que no tiene fallas.
Y tengo un buen número de anécdotas de
esto. En un reunión del grupo de economía solidaria de mi ciudad, una vez vino
una señora a quejarse de que la gente ataba las bicicletas a la reja de su
casa, y se la estropeaban. Esa señora luego fue colaboradora del grupo. Se
buscó una alternativa para que la gente deje sus bicicletas, se la invitó a
participar, y se la integró. Lo mismo ocurrió con la municipalidad, bromatología,
los comercios, todos se fueron integrando a medida que demostrábamos que la
idea era bajar la desocupación y que eso era bueno para todos.
Y ahora en nosotros mismos, internamente: “CEDE
E INTEGRA”. Tenemos que integrar a todo nuestro ser, desde lo más primitivo,
sucio, bajo, oscuro, violento, a lo más evolucionado y luminoso. Hay que ceder
primero, para dar lugar a que se exprese y podamos verlo, sin querer extirpar
nada, todo forma parte de nuestro ser. Lo más primitivo, es la energía más básica,
que la necesitamos, integrada al amor.
El amor y la conciencia son el agua, que
parecen ceder y que, luego, cubren e integran.
Daniel Ilari - 2005
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